Aceptar o no aceptar todas las invitaciones LinkedIn, he ahí la cuestión. Sin ponernos en modo “trascendental”, lo cierto es que este “dilema” surge a veces. Para saber cuál es la opinión de los usuarios de LinkedIn, decidí hace poco lanzar un debate en esta red social. El motivo que me llevó a ello, y el debate completo, lo tienes en este enlace. La pregunta que hacía es la siguiente: “¿Aceptas todas las invitaciones a conectar que recibes? ¿Tienes algún criterio para aceptarlas o no aceptarlas?” Fue un debate muy fructífero y con mucha participación. Aquí tienes un resumen.
Varios de los usuarios que participaron en el debate dijeron que son selectivos a la hora de aceptar las invitaciones LinkedIn que reciben.
Estas son algunas de sus respuestas:
☞ “Debes ser selectivo para tener una buena calidad de ofertas y aportes. Tus contactos en LinkedIn deben aportarte a tu área o a ti, de lo contrario no te proporcionan nada más que “ruido” [información que no es de tu interés].
☞ “Tu red profesional debe estar enfocada a tu mundo profesional, por lo tanto tienes que ser selectivo. Una red que se vuelva ingobernable no tiene mucho sentido porque no te aporta valor añadido”.
☞ “Una de las razones más poderosas e importantes por las que no acepto todas las invitaciones, es porque después el algoritmo de LinkedIn te interconecta con profesionales de ámbitos profesionales y publicaciones ajenas a mi actividad”.
☞ “Yo prefiero la calidad a la cantidad de contactos; tanto me han rechazado a mí solicitudes como yo he rechazado invitaciones, sin acritud”.
Otros usuarios, por el contrario, son partidarios de aceptar todas las invitaciones LinkedIn que reciben. Los motivos que les llevan a ello son diversos. Los he agrupado en varias categorías:
He aquí algunos testimonios:
☞ “Las acepto todas. Nunca se sabe a priori quién te va a poder aportar y quién no. Hay perfiles que no parecían en principio tener «interés» para mí y luego me han aportado más que otros que parecían tenerlo. En cualquier caso, siempre queda la opción de «limpiar» contactos”.
☞ “No aceptar a alguien puede limitar tus horizontes; no sabes si esa persona es un futuro Beethoven o un futuro CEO de una compañía exitosa a la que luego tendrás que aceptar por obligación profesional, y a la que no le viste interés cuando la rechazaste”.
☞ “Siempre las acepto aunque no conozca a la persona; puede que en un futuro pueda tener interrelación con ella, nunca se sabe, es mejor tenerlo a que nos haga falta”.
☞ “En mi caso acepto a todo el mundo que quiera contactar conmigo en esta red, que para mí es profesional. Motivos: considero que todo el mundo puede aportar, busco sinergias, me interesa estar conectada con diferentes perfiles, quiero dar visibilidad a las empresas donde trabajo y evidentemente a mí misma. En mi experiencia hasta la fecha me ha ido muy bien así y lo voy a seguir haciendo. Cuanto más heterogénea sea mi red mejor. ¡Soy cero selectiva y cero clasista!”
☞ “Hasta la fecha acepto casi todas, aunque me las envíen de otros sectores diferentes al mío. Tengo contactos de todos los ámbitos, y eso amplía el horizonte y las posibilidades de lograr buenas relaciones”.
☞ “En lo personal acepto todas las invitaciones que recibo de LinkedIn, porque es una red de uso exclusivo profesional, y al menos la oportunidad debe darse a quien intente contactar. En mi Facebook o Instagram sí soy selectivo».
☞ “No hay que perder la memoria. Para mi primer trabajo corporativo me abrió el camino un contacto de LinkedIn. Él me respondió y me dijo a quién debía contactar. No hay que olvidarse de que alguna vez necesitamos de alguien que nos abriera una puerta. Siempre hay que tratar de ayudar, porque uno nunca sabe dónde vamos a estar mañana”.
☞ “Con profesionales jóvenes, suelo aceptar a casi todo el mundo (salvo que no tenga conexión alguna con mi actividad), porque creo que puede serles de utilidad ampliar sus contactos”.
Hasta ahora hemos visto respuestas tanto a favor como en contra de aceptar todas las invitaciones LinkedIn que se reciben.
Pero hay usuarios que se encuentran en una situación intermedia:
☞ “Yo no acepto todas, pero sí muchas, porque encuentro algo interesante en la persona que quiere formar parte de mi red”.
☞ “Yo no acepto todas las invitaciones, aunque sí la mayoría”.
☞ “Entiendo que, aunque en una red profesional cuantos más contactos se tengan es aparentemente «mejor», también supongo que si tienes muchos contactos que son de otros ámbitos profesionales que el tuyo, esto puede provocar que en tu «muro» te salgan un montón de publicaciones que no te interesen; y al contrario, te puedes perder otras muchas que si podrían haberte interesado. Creo que, como todo en esta vida, tiene sus ventajas e inconvenientes…”
También están los que actúan de esta manera. Es una forma de proceder que da más trabajo “a posteriori”, pero que permite evaluar la calidad del contacto en función de su actividad, sin “prejuicios” iniciales.
He aquí sus respuestas:
☞ “Yo prefiero aceptar por defecto, salvo muy rara excepción. El límite de LinkedIn [para el número de contactos en tu red] no debería ser un problema, tan solo hay que mantener una tarea periódica de limpieza de contactos siguiendo un criterio; por ejemplo, se deja al nuevo contacto en observación: si suma se mantiene, si resta se elimina, y en el punto medio seguro que caben unos cuantos miles”.
☞ “Ahora sí, acepto casi todas. Antes quería que hubiese un propósito. Pero ahora prefiero hacer purgas a posteriori que rechazar a nadie por ser, aparentemente, poco significativo para mí. Me he llevado agradables sorpresas”.
Los hay que han ido cambiando su criterio con el tiempo.
En algunos casos, esto es una consecuencia de la fase en la que se encuentra la construcción de su red de contactos. En otros casos, los criterios cambian porque los objetivos profesionales también lo hacen:
☞ “Yo al principio aceptaba todo. Ahora trato de cribar y conectar con personas con las que pueda haber aportación mutua”.
☞ “Hay que considerar que hay 3 etapas en esta red profesional. Al abrir tu cuenta y durante un periodo (que depende de tu interacción y constancia en publicaciones), tienes que conectar con las personas a las que quieres llegar; por tanto debes enviar solicitudes. En la siguiente etapa empiezas a recibir solicitudes de personas que les interesa lo que publicas, y de quienes desean ampliar su red; aquí puedes aceptar cada una mientras sigues desarrollando tu marca personal. Finalmente, sólo recibes solicitudes y ya no envías por tu cuenta; ya que has alcanzado un público objetivo y los que desean conectar quieren seguirte. Las primeras dos etapas pueden ir durante mucho tiempo en conjunto. La última es donde puedes optar por no aceptar a todos; pero siendo una red profesional y buscando llegar al mayor número posible de personas, valdría la pena seguir haciendo crecer la red”.
☞ “Actualmente mi red no es tan amplia, por eso no soy selectivo; además de que me encanta conocer gente con otro tipo de conocimientos; en el momento en el que me acerque al límite me veré en la necesidad de ser selectivo”.
Como habrás podido comprobar, hay usuarios que aceptan todas las invitaciones LinkedIn que reciben; y otros que eligen ser selectivos y no aceptarlas todas.
En este segundo caso, ¿qué criterios tienen a la hora de aceptar o rechazar invitaciones? He agrupado las respuestas en varias categorías:
He aquí algunos testimonios de usuarios que utilizan uno o varios de estos criterios:
☞ “Siempre reviso las invitaciones que me llegan: veo el perfil de la persona, su experiencia, estudios, etc. Dependiendo de ello la acepto o la rechazo”.
☞ “Yo diría que rechazo como un 10% de las que me llegan, y es cuando el perfil está muy incompleto. Cuando no especifica a qué se dedica, no dice qué estudios tiene, no trae su foto, etc. Un perfil que no está bien desarrollado me parece que es un indicador de una persona poco seria, poco confiable, que no le interesa compartir ni siquiera un buen perfil de sí mismo”.
☞ “Cuando recibo una invitación miro su sector profesional, y si me interesa o podrá interesarle. Pero hay una cosa que me sirve de filtro: la foto. Sin foto, nada”.
☞ “En cuanto a las solicitudes que recibo, lo primero que hago es entrar en su perfil y si no hay fotografía (aunque sea una tontería, pues por poner se puede poner cualquiera) automáticamente no lo acepto. Lo siguiente que miro son los contactos que compartimos y desde que país lo solicitan. El hecho de que sean o no de «mi ramo» no influye, pues pienso que aunque a mí no me puedan aportar nada, quizás el tenerme como contacto sí pueda aportarle a quien me lo solicita”.
☞ “No acepto perfiles falsos u otros que no me encajan.”
☞ “Además de que me aporten en mi área laboral, procuro que hable el mismo idioma o a lo sumo inglés; porque me ha pasado que me envían invitaciones en idiomas con los que lamentablemente no voy a poder establecer un intercambio. Y esto lo único que me va a servir es para que estén en mi red ocupando un espacio que podrían ocupar otros con los que pueda tener una mejor interacción”.
☞ “Tengo varios puntos a considerar para decidir a quién acepto, pero para no extenderme demasiado diré que el principal es ver si esa persona puede enriquecer mi red; y para eso observo la participación, actividad que tiene, artículos, post, etc. Si no tiene actividad no le acepto. Quiero que la gente que está en mi red sea participativa”.
☞ “No suelo aceptar si al menos no me escriben el motivo por el que quieren hacerlo.”
☞ “Me da buena sensación el que me conecten con un mensaje, lo mismo que si yo solicito contacto.”
☞ “Yo procuro ser selectivo, pero sólo con los que no adjuntan nota. Los que me cuentan algo (los menos) los acepto siempre.”
Otros usuarios aceptan o rechazan invitaciones LinkedIn según el beneficio y/o las posibilidades de colaborar que puede derivarse de ellas:
☞ “Me gusta aceptar invitaciones de personas que se encuentran ligadas a mi entorno profesional, con las cuales podría desarrollar conocimientos y tener grandes posibilidades de hacer negocios”.
☞ “No suelo aceptar todos los contactos. Tengo mis criterios, entre los que destacan por un lado: ¿Han visitado mi perfil? ¿Pueden aportarme algo a nivel profesional? Yo diría que no acepto el 25% de las invitaciones que me llegan. Me he vuelto un poco selectiva”.
☞ “Sólo acepto las que considero pueden ser de mutuo beneficio”.
☞ “Soy totalmente selectivo; trato de conectar con personas que estén enfocadas según mis intereses personales y laborales; o que me ayudan a ser más visible y tener más exposición en la red; otros me complementan o ayudan a mejorar habilidades, mejoras tecnológicas, etc”.
☞ “No acepto todas, pero sí cuando veo la posibilidad de colaborar o un perfil interesante”.
Otros usuarios tienen como criterio para aceptar invitaciones LinkedIn, el que sean de personas afines o estén relacionadas con ellos, con su sector, intereses, inquietudes, experiencia, etc.
Mira lo que dicen quienes opinan así:
☞ “Estoy de acuerdo con ser selectivo. En mi caso, me gusta agregar personas que estén alineados con mis intereses”.
☞ “Yo no acepto a todo el mundo. Mi criterio prioritario es que la persona tenga perfiles conectados o adyacentes a mi actividad y ámbito profesional. También considero el número y tipo de contactos en común”.
☞ “Normalmente el criterio es que la persona que me contacta esté en círculos afines a mi profesión”.
☞ “Yo estoy construyendo mi red poco a poco; y selecciono contactos con quienes tenga algo que me permita interactuar, que sean del mismo sector, que hayamos estudiado la misma carrera o incluso un curso”.
☞ “Existe un límite y, sólo por ese motivo, trato de rodearme de profesionales de mi sector. Además, acepto casos particulares, como compañeros de trabajo y/o formación, amigos, o personas que me conocen por compartir conmigo espacios de trabajo”.
☞ “Cuando recibo invitaciones, me tomo el tiempo necesario de ver el perfil del solicitante para saber si es algún conocido (trabajo, Universidad, etc) y luego procedo a responder la solicitud. Esto es así si el perfil del solicitante está completo; ya que si no lo está, lo tomo como si fuera un spam y lo considero como si la invitación fuera para “rellenar espacio”. Parto de que LinkedIn es una red con interés profesional”.
Ahora que ya hemos visto numerosos criterios, déjame que te hable en este vídeo de su importancia:
Aunque en el debate ha habido opiniones para todos los gustos, ha habido unanimidad en algo:
Todos están de acuerdo en que hay libertad para aceptar o rechazar invitaciones LinkedIn. Y en que si te rechazan invitaciones no hay que tomarlo como algo personal.
☞ “Hay mucha gente que puede solicitarte, pero la verdad es que no podemos aceptar a todos. Y es muy importante que la gente entienda que no hay nada personal, es un tema profesional. La gente de tu red debe tener alguna coherencia con tu perfil, para que sea un trabajo colaborativo entre mi red y yo.”
☞ “Tenemos todo el derecho de decidir si aceptar o no invitaciones, sin que esto tenga que ver con algo personal”.
☞ “Mi opinión es que cada persona tiene derecho a aceptar o declinar cualquier invitación. De la misma manera que ocurre en la vida cotidiana. Mi libertad para invitar ha de ser total, y la del otro para decidir sobre mi invitación, también”.
Es indudable que conocer bien LinkedIn, y hacer un buen uso de esta red social, te va a permitir sacarle un mayor partido.
Pero también te va a ayudar a tomar mejores decisiones sobre las invitaciones LinkedIn. A lo largo del debate han surgido varias respuestas que lo demuestran. He aquí algunas:
☞ “Si quieres que te acepten enfoca tu petición y hazla interesante”.
Efectivamente, si no te gusta que rechacen tus invitaciones LinkedIn, tienes una forma eficaz de evitarlo (o, al menos, de reducir las probabilidades de que esto ocurra): personaliza tus invitaciones a conectar, y hazlas interesantes.
☞ “Siempre está la opción de seguir a alguien sin conectar”.
Muchas veces se confunde seguir con conectar; o, sencillamente, se desconoce que LinkedIn te permite seguir a una persona si te gusta lo que publica, sin necesidad de que sea contacto tuyo.
☞ ”Esto me recuerda que tengo que hacer limpieza de contactos en mi red”.
De vez en cuando es bueno “hacer un alto en el camino”, echar un vistazo a tu red de contactos, y reflexionar si estás conforme con ella. Después de esto quizás decidas hacer una limpieza de tu red, eliminando aquellos contactos que consideres que ya no deberían formar parte de ella.
☞ ”No sabía que había límites”.
El número máximo de contactos que puede tener una red es de 30.000. LinkedIn lo ha establecido así. A la mayoría de sus usuarios les parece una cifra inalcanzable, pero a otros no tanto; y te puedo asegurar que hay algunos que ya han alcanzado ese límite. En mi caso, estoy ya cerca de llegar a él.
De las respuestas recibidas en este interesante debate, creo que se pueden sacar algunas conclusiones:
Espero que el resumen de este debate te haya resultado de utilidad. Al fin y al cabo, aceptar o no todas las invitaciones LinkedIn que recibes es algo que hay que meditar bien, ya que impacta (y mucho) en tu página de inicio y en los contenidos que ves.
Si quieres usar nuestra infografía, copia el siguiente código y pégalo en tu blog:
Y ahora me gustaría saber acerca de ti: ¿Aceptas todas las invitaciones LinkedIn que recibes? Estaré encantada de recibir tus comentarios.
Imagen de cabecera cortesía de Depositphotos
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