De admitir… y de rechazar, de ahí lo del derecho de admisión. Sí, estás en tu completo derecho de rechazar cualquier invitación a conectar que recibas. En contrapartida, tampoco te enfades si alguien te rechaza a ti. Veamos todo esto con algo más de detalle.
Tu red de contactos en LinkedIn ha de ser de calidad. De acuerdo que es importante también la cantidad, pero ésta no te va a servir de mucho si no va a acompañada de la calidad.
Para ello, has de tener claros tus objetivos profesionales en LinkedIn. Y una vez que los tienes, tu red ha de estar en consonancia con esos objetivos. Es así como tus contactos podrán aportarte algo profesionalmente hablando (y tú a ellos), y tendrás mayores posibilidades de que te surjan oportunidades profesionales.
Por eso es muy conveniente que cuando envíes invitaciones a conectar no lo hagas “porque sí”, sino con unos criterios acordes a los objetivos que te hayas marcado.
Y también es muy recomendable que cuando seas tú el que recibas las invitaciones no las aceptes indiscriminadamente, sino solo las que cumplan los criterios que te hayas fijado para tu red.
No soy yo quien te deba decir de una manera tajante cuándo aplicar el derecho de admisión en tu red de contactos LinkedIn. Si lo hago estaría cayendo en una tremenda contradicción, ya que al principio de este post te he dicho que eres libre y soberano a la hora de crear tu red.
Así pues, eres tú y solo tú el que has de aplicar el derecho de admisión cuando lo creas conveniente.
Pero lo que sí puedo hacer es darte algunos consejos. El primero te lo he mencionado hace un momento: ¿La persona de la que has recibido la invitación a conectar encaja dentro de tus objetivos en LinkedIn? Si no es así, empezaría a plantearme rechazar la invitación.
En el caso de que encaje, no deberías pararte ahí y deberías tener en cuenta otros aspectos; como, por ejemplo, la calidad del perfil profesional de LinkedIn de tu “candidato”. ¿Es un perfil digno de confianza? ¿Se ha molestado en completarlo bien? ¿Está sin foto de perfil?
Si las respuestas a las preguntas anteriores te satisfacen, es probable que estés dispuesto a aceptar la invitación.
Pero hay otro aspecto que para algunos usuarios de LinkedIn es muy importante. ¿Has recibido personalizada la invitación a conectar?
Ciertamente, cuando envías una invitación sin personalizar pierdes la oportunidad de causar una buena primera impresión (y ya sabes lo importante que es la primera impresión; lo queramos reconocer o no). Y tus posibilidades de ser aceptado disminuyen. Por otra parte, ¿no te parece que es una manera muy poco correcta de empezar una relación?
(Así pues, si me permites un paréntesis: por favor, cuando seas tú el que las envías, personaliza tus invitaciones a conectar, siempre).
Y volviendo al caso en el que eres tú quien la recibe sin personalizar, ya sabes: eres tú quien decide si la acepta o no. Como te decía hace un momento, hay quienes tienen esto muy en cuenta. Otros, lo relativizan bastante.
Eso sí, si llegados a este punto aceptas la invitación, te toca ahora a ti dar muestras de educación y profesionalidad: envía un mensaje de agradecimiento a quien te la ha enviado.
Explicado todo esto así puede parecerte un proceso un poco largo y complicado; pero rápidamente te darás cuenta de que no lo es. Además, tener la posibilidad de aplicar el derecho de admisión a tu red bien lo vale.
Otra forma que adquiere el derecho de admisión en tu red es la posibilidad que tienes, en cualquier momento, de eliminar o bloquear contactos. Te explico la diferencia entre ambas acciones.
Cuando eliminas un contacto, este profesional deja de ser contacto tuyo de primer grado (es decir, deja de formar parte de tu red) y pasa a ser contacto de segundo grado.
Sin embargo, cuando bloqueas un contacto ambos pasáis a ser invisibles el uno para el otro. Es lo más drástico que puedes hacer con un profesional de tu red (salvo la opción de denunciarle a LinkedIn por algún comportamiento que consideres merecedor de tal medida).
¿Cómo realizar estas dos acciones? Accede al perfil del contacto que quieras eliminar o bloquear. A la derecha de su foto encontrarás tres cuadraditos horizontales. Haz clic en ellos y se te desplegará un menú de opciones:
Hasta ahora todo esto puede parecerte muy bonito: existe el derecho de admisión en la red de contactos de cualquier usuario de LinkedIn, y tú lo estás ejerciendo en la tuya. ¡Estupendo!
¿Pero qué ocurre si es a ti a quien le aplican el derecho de admisión? ¿Cuál es tu comportamiento en el caso de que envíes una invitación a conectar y no te la acepten?
Querido lector, no te enfades y acéptalo con toda la profesionalidad del mundo. Del mismo modo que tú no estás obligado a aceptar a invitaciones, la persona que no te ha aceptado tampoco está obligada.
Esto lo dejo bien claro en uno de los puntos de mi propuesta de decálogo para una sana convivencia en LinkedIn. Aunque ser rechazado no nos gusta a nadie, acéptalo con deportividad y no se lo recrimines a quien lo ha hecho.
Y ahora que ya sabes que el derecho de admisión existe en tu red de contactos, y en la de todos los usuarios de LinkedIn, estaré encantada de saber cómo lo aplicas tú. Espero con ilusión tus comentarios.
Imagen de cabecera cortesía de Depositphotos
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